El embarazo adolescente va en aumento .Sin embargo lejos de abandonar sus estudios el estado les facilita que puedan culminar con ellos otorgándoles becas y guarderías en horarios específicos para sus hijos.
Los últimos datos indican ya funcionan 52 guarderías infantiles para padres que acuden al mismo establecimiento educativo y otras 30 están en proyecto de abrirse para el año próximo.
Se trata de un proyecto innovador que tiene como fin apoyar a los padres jóvenes a que culminen sus estudios.
Adolescente de entre 15 y 18 años se valen de esta nueva implementación social para poder finalizar sus estudios sin necesidad de tener que abandonarlos por las muchas obligaciones que surgen al ser padres.
Quilmes, La Plata, o San Martin son algunos de los distritos de la provincia de Buenos Aires que ya implementan esta técnica educacional.
Datos estadísticos indican que uno de cada tres alumnos en el país no termina el secundario por motivos económicos laborales o por la paternidad-maternidad temprana.
El Subsecretario de Educación, Sergio Siciliano indico que a pesar de que la implementación d éste sistema es lento y dubitativo se esperan grandes avances para el 2017.
Son solo unos pocos distritos lo que conmemoraron con esta práctica educacional, sin embargo el pedido de extender a otros distritos el proyecto ya está en camino.
Siciliano también indicó que el programa lleva 8 años de aplicación y no está dirigido solo para mamás sino también para papás que tienen a cargo sus hijos.
En la Ciudad de Buenos Aires existe un programa parecido pero poco divulgado. A diferencia de éste, los planes aplicados en provincia de Buenos Aires permiten que los adolescentes que tienen a cargo hermanos menores también puedan contar con asistencia para culminar sus estudios.
“No las llamamos ‘guarderías’ porque se hace un trabajo integral: les damos talleres de educación sexual para planificar el segundo embarazo, y orientación familiar”. Además, cuando terminan su estadía en la sala, los chicos se incorporan directamente al nivel inicial de la escuela, lo que les asegura a los papás o hermanos poder seguir estudiando al egresar o salir a trabajar” argumentó Carla una de la docentes de las salas.
Generalmente destinado a adolescentes de bajos recursos, sin embargo pueden hacer uso del programa todos aquellos adolescentes que se sientan en la necesidad de culminar sus estudios sin que maternidad/paternidad les afecte.
“Esos chicos no tenían la posibilidad de ir a la sala maternal como recurso pedagógico, pero aquí incorporan juegos, hábitos, descanso, orden en la comida. Esto mejoró sobre todo las posibilidades de las mujeres, que se convierten en las alumnas más dedicadas. La influencia de quienes quedan al cuidado de sus hijos las afecta profundamente: muchas quieren estudiar carreras similares”, agrega Nilda Silva, directora de la escuela platense que solicitó en 2011 incorporarse al programa.
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