Mujeres al mando, ellas en su nuevo rol social
Las mujeres penetran todos los ámbitos y trasgreden los usualmente solos para el sexo masculino. Muestran eficacia e incluso en algunas ocasione solo hacen mejor que ellos. La ola¨ metoo¨, entérate de que se trata.
En la nueva era las mujeres ganan no solo derecho sino también reconocimiento. Influyen y penetran en todos los ámbitos incluso aquellos que durante muchos años solo fueron considerados ¨cargos masculinos¨.
El movimiento feminista esta impactando en la industria y las mujeres encabezan la lista de solicitadas.
Desde chef, hasta políticas, se destacan y superan cualquier obstáculo en el camino. Avanzan a pasos agigantados y proponen soluciones aplicables.
Décadas anteriores las mujeres debía soportar situaciones de desigualdad en determinados ámbitos. Desde acoso sexual hasta maltrato verbal y desigualdad en las condiciones laborales.
El movimiento feminista logro no solo la consideración social de la mujer buscada durante décadas sino también que las denuncias de antaño salieran a la luz y fueran consideradas temas actuales que requieren un tratamiento social serio.
Los acosos laborales son una situación frecuente en los estratos sociales más vulnerables. Mujeres que padecen acosos laboral, sexual e incluso explotación son solo algunas de los denuncias que ellas ahora se animan a denunciar y encaran nuevas formas de solución.
Es por eso que educar a las trabajadoras es un aspecto crucial para enfrentar el acoso laboral y modificar la cultura en el lugar de trabajo. La chef Ashley Christensen recientemente escribió un post urgiendo a sus pares a invertir en recursos humanos. “Yo sé lo reducidos que son los márgenes en nuestro negocio, pero es tan crucial encontrar fondos en el presupuesto para este recurso”, escribió. “Creo que como dueña de un negocio es casi imposible investigar situaciones entre empleados de manera realmente neutral y tener una directora de recursos humanos capacitada nos permite seguridad a nuestro equipo”.
Luego de la primera cena de OpenTable en San Francisco, la dueña de restaurante Karen Leibowitz decidió crear una guía para ayudar a los empleados a identificar y denunciar acoso sexual. En el negocio de los restaurantes el acoso puede provenir no solo de los jefes y los compañeros de trabajo, sino también de los clientes. “Necesitamos asegurarnos de que las trabajadoras de restaurantes se sientan protegidas y empoderadas para hablar, y necesitamos que los clientes sepan cuál es la política del restaurante”, dice Clare Reichenbach, CEO de la fundación James Beard.
Cada vez son mas las mujeres que se animan a contar las situaciones actuales o vividas un tiempo atrás sin miedo a perder sus empleos o cargos. El respeto se gana, y ellas lo entienden muy bien.
La lucha de la igualdad de derechos ocasiono cambios importantes en la sociedad y en el modo de considerar la situación de la mujer en relación a la del varón.
El problema de la propina
A los trabajadores que reciben propina en el sector gastronómico se les pagan salarios más bajos por el dinero extra que reciben. En Nueva York trabajadores y sus defensores están presionando para eliminar el salario por debajo del mínimo. Organizaciones como la Restaurant Oportunities Centers (ROC) United sostienen que aumentar los salarios ayudaría a mitigar el maltrato sufrido por el personal que atiende a los clientes. Pero en la cena de OpenTable había escaso consenso respecto de los méritos de subir los salarios. A algunas les preocupó que forzaría a los restaurantes a eliminar empleos y aumentar la brecha de paga entre el personal de atención a los clientes y el de cocina, que no recibe propinas; otros consideran que empoderaría a los mozos en sus interacciones con los clientes.
Diamond cree que tener dos clases de empleados, donde un grupo recibe propinas y el otro no, “no es el modo de avanzar. Los mozos no trabajan más duro que los de cocina”, dice. “¿Entonces cómo puede compensarse a estos dos equipos de un modo tan diferente?” Ese es un motivo por el que incontables restaurantes en EE.UU. han buscado terminar con las propinas, como el Momofuku Nishi de David Chang. Al hacerlo los restaurantes por lo general suben los precios para cubrir los salarios más elevados que se pagan al personal de atención al cliente. Pero pocos lo han hecho con éxito: muchos establecimientos dieron marcha atrás luego de perder clientes y empleados.
Freeman, que “está muy en contra de terminar con la propina” no piensa que elevar los salarios sea una manera de terminar con el acoso. “No creo que vaya a funcionar así porque no importa lo que una haga siempre va a haber una jerarquía y alguien que tenga más poder”. Pero una cantidad de estados norteamericanos ya han aprobado un aumento de salario mínimo para los trabajadores que reciben propina, lo que significa que la relación entre propinas y sueldos seguirá siendo tema de fuerte debate.
Cambiar la cultura
“Todos dicen que la respuesta es tener restaurante propio”, dice Diamond. Eso es más fácil decirlo que hacerlo. Se dice que las mujeres son más o menos la mitad de las graduadas de escuelas de cocina, pero están subrepresentadas en las filas de los chefs. “La fundación realmente quiere apoyar a las mujeres para que sean dueñas y conduzcan negocios que puedan crecer, dado que creemos que es una clave para cambiar la cultura”, dice Reichenbach.
Si bien es cierto que las mujeres dueñas de restaurantes pueden cambiar el tono y la cultura, eso supone que quieren (y pueden) asumir esa responsabilidad. Ser una mujer trabajadora -especialmente una madre trabajadora- es difícil en cualquier sector, pero en particular en el negocio gastronómico. Si un empleado tiene niños, trabajar de noche, por ejemplo, le requerirá tener quien cuide a sus hijos.
Pero ¿qué deben hacer las mujeres del sector con los hombres que han maltratado a sus pares? ¿Cambiar la cultura debe significar ayudarlos a redimirse? Garielle Hamilton lo piensa así. La chef del restaurante The Prune optó por asociarse con Friedman luego de que la cocinera April Bloomfield se fuera de The Spotted Pig y disolviera su sociedad. “Puedo pensar en 1000 personas que merecen la redención más que Ken Friedman”, dice Diamond, sosteniendo que Friedman debió haber desinvertido en su grupo de restaurantes. “El hecho de que alguien quisiera salvar o redimir a Ken Friedman es ridículo”. Pero en la realidad post #MeToo, las mujeres del sector tendrán que tomar decisiones como esta. Hamilton habrá dado a Friedman una segunda oportunidad que no merecía, pero también salvó muchos empleos.
Por supuesto que eso no cambia el hecho que los empleados del restaurante The Spotted Pig tendrán que trabajar a las órdenes de Friedman. “Siento que lo que esos empleados están viviendo es una forma completamente diferente de acoso”, agrega Diamond. “Tener que elegir entre quedarse y trabajar para un dueño desgraciado, o ir a la fila de los desocupados es una forma de acoso”.
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