El director del Grupo de Estudios de Mosquitos de Exactas UBA, Nicolás Schweigmann, señaló que este año no se llevó adelante el Plan Maestro diseñado para la Ciudad en 2016. “Está todo dado para que tengamos un cuadro parecido” al 2016, dijo el especialista.
En momentos en que el foco está girando en torno al coronavirus, en Buenos Aires el dengue se acrecienta.
“Hoy la Ciudad entera está pintada de Aedes aegypti, ves el mapa y hay sensores positivos prácticamente en todos los barrios”, manifestó Nicolás Schweigmann, director del Grupo de Estudios de Mosquitos (GEM) que funciona en el Departamento de Ecología, Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
Y advierte que “Tranquilamente un infectado puede llegar hoy a una manzana donde está el mosquito y generar un brote. Por lo tanto, si bien no podemos decir que vaya a haber una epidemia de dengue, está todo dado para que tengamos un cuadro parecido al de 2016″.
Schweigmann indicó, en diálogo con la revista Nex Ciencia, que “es tarde para la prevención, claro. Estamos a mitad de febrero, en el pico del proceso. Ya hay mosquitos y ya están infectados. Si yo descacharro ahora, si le saco el cacharro que acumula agua estancada -el objeto donde pone sus huevos-, se van a buscar otro, es decir, estaría favoreciendo la dispersión”.
Hasta el 8 de febrero pasado, en la ciudad, se habían registrado 70 casos de dengue (62 con antecedentes de viaje, la mayoría a Paraguay). Por lo general, el pico máximo en nuestro país se registra a mediados de febrero, sin embargo, en esta oportunidad, y en un contexto con cifras de dengue históricas para la región América Latina y Caribe, se sabe que ya se contabilizaron más de tres millones de casos confirmados entre 2019 y 2020 y más de 1.500 decesos.
Nicolás Schweigmann manifestó que el mosquito “Aedes aegypti se mueve en un radio de 40 ó 50 metros, es raro que cruce la calle: si en la manzana está todo lo que necesita, se queda ahí. Esa es la unidad epidemiológica que hay que cuidar”.
Por otra parte, y en relación al plan maestro que diseñó en 2016, en materia de prevención, para la Ciudad de Buenos Aires, dijo: “Está escrito, quedó muy bonito, pero no se está tomando en cuenta. Por ejemplo, la prevención contra Aedes aegypti no se incluyó en los planes de estudio de las escuelas, algo tan sencillo como que los chicos puedan identificar cómo son las larvas y cuál es el mosquito de las rayitas blancas. Y lo central: que la prevención hay que hacerla en invierno, cuando los huevos que quedaron en estado de latencia aún no eclosionaron, es decir, un programa que dure todo el año y no una campaña en febrero. Porque ya sabemos que la fumigación no sirve para nada. No sirve para los huevos, no sirve para las larvas, no cumple ningún rol”.
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