Según el Movimiento de Mujeres de la Latinoamérica el acoso callejero comienza a los 9 años. Detalles imperdible del reflejo de sociedad latinoamericana que estamos construyendo.
Los acosos callejeros pasan desapercibidos en muchas ocasiones y hasta pueden resultar inofensivos. Sin embargo son tan peligrosos como los acosos laborales, o de cualquier otra índole.
Según el informe presentado por el Movimiento MuMaLá del cual resultaron encuestadas unas 206 mujeres de la Ciudad de Buenos Aires, mayores de 16 años, los acosos comienzas desde los 9 años.
Lo llamativo del informe es que del total de las personas que sufren acosos callejeros, un 50% de ellos llegan a convertirse en ataques sexuales, mientras que el 47% aseguro ser perseguida por algún hombre y un 37 % manifestó haber sido testigo de la masturbación publica de algunos de estos sujetos.
Una sociedad que considera la mujer como objeto sexual de deseo y cuya única utilidad es la conservación de la especie es la idea que aún persevera en muchos hombres.
Según detalla el informe el acoso callejero se inicia entre los 9 y 22 años de edad.
La coordinadora nacional de MuMaLá, Raquel Vivanco, aseguró que “el total de las mujeres encuestadas refiere haber llevado adelante diferentes estrategias para sentirse más seguras en la vía pública y el 100 por ciento de las encuestadas manifestó haber sufrido algún tipo de acoso callejero”.
Según Vivanco, el objetivo de la investigación realizada es poder llevar un conteo absoluto de los acosos callejeros sufridos por las mujeres de un determinado rango de edad y determinar el nivel cultural de machismo que aún persiste en la sociedad.
Por su parte, la diputada por Libres del Sur Victoria Donda, quien participó de la presentación del informe, resaltó que “se debe diseñar y ejecutar políticas públicas que promuevan ciudades seguras en las que las mujeres seamos sujetos de derecho y no ciudadanas de segunda”.
Si bien los acosos callejeros suelen pasar desapercibidos socialmente, suelen causar conflictos psicológicos en muchas de la jóvenes que a menudo deben enfrentarse a esa realidad.
Los expertos aseguran que la no determinación de ponerle límites a este tipo de comportamientos genera individuos avasalladores y violentos.
La intimidación que sufren las mujeres en la vía pública causa complejos de inferioridad, problemas de adaptación respecto a los cambios corporales que sufren las púberes y tendencia al sumisismo en todo tipo de relaciones.
Para evitar éste tipo de comportamiento, es necesario educar el comportamiento del individuo avasallante e intentar la comprensión de los factores perjudiciales que acarrea éste tipo de accionar.
Generalmente quienes mayormente cometen éste tipo de accionar son hombres de entre 14 a 60 años y lo hacen siempre en compañía de personas del mismo sexo.
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